• Mundo Nuestro
  • 16 Abril 2015
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Al Gran Telescopio Milimétrico en el volcán Sierra Negra los simples mortales lo vemos como un chipotito en la punta de la montaña. A lo mucho, y de refilón en la autopista, nos preguntamos un momento si servirá para algo. Lo vemos un momento, y luego volvemos sobre nuestros propios hoyos negros.

Como poblanos fuimos testigos de la complicadísima construcción del GTM, y los retos financieros, políticos, logísticos y operativos que superaron sus  creadores.  Nunca nuestro sufrido país ha dedicado tal esfuerzo en un proyecto científico. Y bien que se aplaude que en homenaje a Alfonso Serrano, su principal impulsor, el GMT lleve su nombre. En la era del PRI le hubieran puesto el nombre del presidente. Así que es posible vencer esa fuerza de gravedad que todavía nos somete.

Pero ahí está él, plantado a 4,600 metros, con su parabólica de cincuenta metros, prendido al cielo para el auxilio de los ojos abiertos, inteligentes, entrenados y soñadores de los astrónomos del INAOE y sus colegas de todo el mundo.

No es sencillo comprender para qué sirve tal esfuerzo del GTM. A duras penas vemos más allá de la esquina, envueltos como estamos en nuestras penurias y despropósitos. Que no nos hablen de hoyos negros, decimos.

Los astrónomos, ellos sí, no son simples mortales. Construyen ojos para mirar silencios imposibles en el infinito. Y para acabar de inmortalizar a Einstein.

Mirar al cielo. Salir del mundo.  Por un instante olvidar la soledad de nuestra vida breve, volver a las preguntas viejas frente al espejo infinito del universo. Querer mirar con los ojos del Gran Telescopio Milimétrico, pensar en Einstein, en el espacio deformado que imaginó y en lo relativo que es todo, en lo absurdo de vivir en este campo extremo de nuestro ser humano, a duras penas una brizna que se lleva el viento.

En eso pienso cuento me entero de una nueva sigla que sacan de la manga los astrónomos: el EHT, Event Horizon Telescope, el Telescopio del Horizonte de Eventos, un proyecto científico internacional en el que está invitado nuestro Gran Telescopio Milimétrico. En corto, se trata de construir una inmensa parabólica del tamaño de la mitad del mundo con los telescopios milimétricos en Hawai, Chile, México, Estados Unidos, España, Francia, Groenlandia y el polo sur.

Esta fue la noticia que apareció en la prensa:

“Event Horizon Telescope es un proyecto para crear un arreglo de telescopios combinando datos procedentes de estaciones de interferometría de base ancha (Very-long-baseline interferometry, o VLBI) ubicadas alrededor de la Tierra para observar el entorno inmediato del agujero negro supermasivo de la Vía Láctea, Sagitario A*, con resolución angular comparable al horizonte de sucesos.”

VLBY, como puede verse, a los astrónomos les gusta encerrar en siglas estables y mínimas lo que es complejo e inabarcable. ¿Podemos vislumbrar en siglas nuestro propio horizonte de sucesos? ¿En qué instante infinitesimal queda la curvatura de nuestras vidas?

Así que de aquí al 2022 montarán una gran red de telescopios milimétricos entre los que incluyen al GTM. Y los apuntarán al centro de la Vía Láctea. Ahí está un “agujero negro supermasivo”. Suena muy bien, pero nada entiendo. Y menos si leo la explicación de lo leído arriba:

“El proyecto propone hasta 2022 para combinar instalaciones milimétricas/submilimétricas existentes y proyectadas en una de alta sensibilidad y alta resolución angular. El esfuerzo incluirá el desarrollo y despliegue de receptores submilimétricos de polarización dual, estándares de alta frecuencia estable para habilitar al VLBI en 230-450 GHz, mayor ancho de banda en backends y registradores VLBI, así como la puesta en marcha de nuevos sitios con instalaciones submilimétricas VLBI.”

Así lograron identificar un puntito en el cielo:

 

http://www.eventhorizontelescope.org/index.html

 

Algo me ayuda lo que dice el Dr. Shep Doeleman, investigador principal del Telescopio de Horizonte de Eventos y científico del Observatorio Haystack del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y del Observatorio Astrofísico Smithsoniano (SAO). Afirma que al conectar varios telescopios para hacer un disco tan grande como la Tierra misma se obtiene una resolución angular o un poder amplificador dos mil veces más poderoso que el que posee el Telescopio Espacial Hubble.

Para lograr imágenes como esta:

 

El domingo por la tarde me distraigo con la búsqueda de estos platos dispuestos en los extremos del aire seco y del frío. Empiezo por nuestro GTM y despliego en una galería estas puertas al tiempo:

  

Ahí está trepado contra la gran mole del Citlaltépetl. Así que ahora lo dedicarán a poner a Prueba a Einstein. “Un disco tan grande como la tierra misma”, ha dicho el doctor Doeleman:

 

  

Recurro vía facebook a la astrónoma mexicana Eva Noyola Rocha, salida de la UNAM y hoy investigadora en la Universidad de Austin, en Texas. ¿De qué hablan? ¿Cómo pueden operarse una docena de telescopios a lo largo del planeta?

Esto me explica:

“El Telescopio del Horizonte de Eventos (Event Horizon Telescope) planea usar la técnica de interferometría que se ha utilizado desde hace décadas con ondas de radio. La técnica consiste en combinar la señal de varios telescopios localizados a distancias que van desde cientos de metros hasta miles de kilómetros. Esa combinación logra mejorar la resolución espacial, es decir, observar fenómenos a distancias cada vez más pequeñas entre sí. Aunque ya se ha logrado usar la técnica hasta en longitudes de onda infrarroja, se vuelve más inestable  conforme disminuye la longitud de onda observada. Es por ello que tratar de hacer observaciones en longitudes de onda milimétricas es una oportunidad muy interesante ya que se pueden estudiar fenómenos con mayor energía que en ondas de radio, pero manteniendo la estabilidad de los datos. Para la técnica de interferometría, entre más telescopios participen, mejor es la señal de los datos, y entre más lejos estén los telescopios entre sí, mayor es la resolución espacial que se puede observar. Por eso que la participación del GTM es tan importante, ya que contribuye mucho en señal dado su gran tamaño y por estar lejos de otros observatorios, también ayuda a aumentar la resolución espacial.”

Voy entendiendo algo: la suma de los ojos milimétricos permite una mejor resolución con una potencia muy superior a la de los telescopios ópticos.

Pero Eva me anima a entender el porqué de buscar en el infinito un punto concreto, un hoyo negro, diremos nuestro, aquí cerquita, en el centro de la Vía Láctea:

“El agujero negro que se encuentra en el centro de nuestra galaxia tiene la masa de millones de soles. Esa masa combinada con la cercanía a la que se encuentra nos brinda la mejor oportunidad de observar el llamado ‘horizonte de eventos’. El horizonte de eventos es una predicción de la teoría general de la relatividad que marca los límites espaciales de un agujero negro. Es la frontera tras la cual la luz y la materia ya no pueden escapar de la enorme atracción gravitacional. Dicho horizonte nunca ha sido observado y muchos consideran que observarlo sería la prueba definitiva de la existencia de los agujeros negros. Los detalles sobre el horizonte de eventos nos dirían muchas cosas sobre el agujero negro, por ejemplo si se encuentra girando y qué tan rápido. No es arriesgado decir que dicha observación sería un resultado que tarde o temprano le pondría a alguien en las manos un premio Nobel.”

Los científicos del GTM también tienen un punto de vista. El Dr. David Hughes, su director e investigador principal, astrofísico por la Universidad Central de Lancashire, en Inglaterra, está feliz de que el GTM forme parte del Event Horizon Telescope. Aquí lo que dijo al respecto, y que aterriza un poco en las acciones concretas que los astrónomos involucrados en cada telescopio milimétrico tendrán que desarrollar:

 “Estamos participando en observaciones donde podemos conectar el GTM con otros telescopios en Estados Unidos y en Europa, y para ello estamos usando un receptor diseñado específicamente para este tipo de observaciones con un reloj atómico que puede sincronizar los datos que estamos grabando con el GTM y con el mismo equipo en otros telescopios. Estamos ‘fabricando’ un telescopio que tiene el diámetro de la Tierra, lo que nos permite tener una resolución suficiente para ver el disco de acreción alrededor del agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia y su sombra. Vamos a medir la sombra para entender más su física, la Relatividad General y qué es un agujero negro, por qué está en el centro de la galaxia y cuál es su interacción con las estrellas y el gas molecular alrededor del mismo.”

A Hughes lo encuentro en youtube con una presentación general de los propósitos que ya empiezan a cumplir en el GTM desde el 2013 que inició finalmente actividades.

https://www.youtube.com/watch?v=ol-17_hMiCo

 

Hemos llegado al punto de que los humanos construyen un telescopio del tamaño de la tierra. Qué oficio el suyo. Encontrar agujeros negros entre el polvo galáctico y gas, pensar la vida en rayos X, radiaciones infrarrojas, ondas de radio. Todo por el inagotable ánimo de encontrarle sentido a la vida.

Tan cerca de la poesía este ánimo antiguo de esperar la noche para soñar asomados al abismo. 

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