• Verónica Mastretta
  • 15 Septiembre 2014
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Yo no creo en los héroes limpios y puros. Todos están hechos de carne y hueso y tienen sus marcadas luces y sombras. Lo que convierte en héroe a un ser humano es su capacidad de tener una conducta valiente, generosa, valiosa  o adelantada a su tiempo en momentos extraordinarios. Hay héroes y heroínas en muchas áreas, pero  suelen notarse más los que cambian para bien la vida de un país. En la historia de la lucha por la independencia de México se ha dado un espacio enorme a los hombres, aunque la larga guerra  fue sostenida y apoyada tenazmente por mujeres al parecer comunes, que pudieron haberse acomodado a una vida sin riesgo, pero que eligieron una actitud fuera de lo común. Mujeres que fueron esenciales para la causa y a las que rara vez se nombra y solo se les da un lugar secundario  en la historia patria, normalmente escrita por hombres. Una excepción al trato hacia ellas es el que les da Armando Fuentes Aguirre "Catón", en su libro "La Gloria y el Olvido". Nuestro país es aún muy machista y nuestra vida política lo es aún más.  Por eso me gusta recordar a tres protagonistas claves y valientes de la guerra de independencia. A una la conocemos mucho de nombre, a Josefa, pero de las  tres sabemos bastante menos que de los llevados y traídos héroes y padres de la patria.

 La primera y más conocida es Doña Josefa Ortiz de Domínguez, la Corregidora, llamada así porque era esposa del corregidor Domínguez. Desde ahí comienzan los malos entendidos. A las esposas de los funcionarios públicos se les adjudica el cargo de sus maridos; por ejemplo, a las esposas de gobernadores se les dice "las gobernadoras". Una facha. Ha habido mujeres gobernadoras o presidentas municipales y a sus maridos ni se les manda a presidir el DIF ni se les dice "el gobernador" o "el presidente". Más bien los desaparecen.

Doña Josefa fue adelantada a su tiempo, pues a sus 42 años y con ocho hijos se atrevió a desafiar a su marido, que era funcionario realista, participando en la conspiración  independentista de Hidalgo, Allende y Aldama, reuniéndose con ellos en círculos aparentemente literarios que en realidad se centraban en  planear la independencia y en leer los libros de la ilustración, prohibidos en ese entonces por la iglesia católica. Doña Josefa fue activísima en ese círculo. Cuando un infiltrado los delató, al corregidor le ordenaron desde México catear la casa y tomarlos presos en  una de las simuladas tertulias. Para proteger a su esposa la encerró con llave mientras organizaba la redada.  Doña Josefa, que vivía en la parte de arriba de la casa, dio de taconazos  en el piso llamando la atención de otro conspirador que aunque trabajaba con su marido, estaba en el enjuague y  subió a ver qué pasaba a Doña Josefa. Por el ojo de la cerradura  ella le pasó un papelito avisando que habían sido descubiertos, lo que permitió alertar a los conspiradores, que no pudieron ser atrapados.  Doña Josefa sí fue detenida y  cuando era llevada a México en calidad de prisionera, por medio de acuerdos con el gobierno virreinal, se pactó que no fuera a la cárcel. Fue encerrada en un convento por varios años y sin permiso de ver a sus hijos porque era mala influencia para ellos. Quedan como testimonio las desesperadas cartas que escribió para que le permitieran ver a sus niños. No sé cuándo se le levantó el castigo porque las biografías  existentes de las heroínas de la patria no abundan en datos. ¿Qué alcanzó en reconocimiento la llamada "Madre de la Patria"? Mientras la cara de Hidalgo ha estado en monedas de oro y la de Morelos en las monedotas de a peso, Josefa solo ha sido puesta en unas moneditas de a diez centavos, sus letras en la Cámara de diputados y que se le mencione en el grito aunque sea de pasadita. Escuelitas y algunas calles  con su nombre si hay. Sus restos están en Querétaro y no en la columna de la Independencia. Ese es un club de señores y para huesos de puros hombres.

Otro Caso: Leona Vicario. Hija de españoles muy ricos, se quedó huérfana siendo muy pequeña. La creció un tío y tutor muy culto llamado el Lic. Pomposo, al cual Leona le daría muchos disgustos que son un gusto de leer. Leona tuvo acceso a una educación esmerada y quién sabe cómo se las ingenió para leer los libros prohibidos de la ilustración. Le pidió permiso a su tío de vivir sola, y el tutor aceptó comprarle una casa junto a la suya. Era un escándalo para la época que una hermosa mujer de 20 años viviera sola.  Me imagino que como Leona era tan bonita, la esposa de Pomposo prefirió que se fuera a otra casa, (eso lo pienso yo, no lo dice la historia). Leona fue comprometida a un español al que no quería, y que para su fortuna se fue a las Cortes de Cádiz como diputado. Mientras, Leona conocería en el despacho de su tutor a un joven abogado llamado Andrés Quintana Roo, del que se enamoró. Su tío le negó su mano a Andrés porque era pobre. Nada como las prohibiciones para echarle leña a la hoguera del amor. Leona y Andrés se metieron de lleno a su amor y a la red conspiradora de "Los Guadalupes", que apoyaba a los que querían la independencia. Los contactos de Leona con la élite virreinal la convirtieron  en correo e informante hábil y valioso para los insurgentes en las narices de su tío. También le entregaría a Andrés algo más que su mano y su joven corazón. Usó su gran fortuna para dar albergue a fugitivos y medicinas y dinero a los insurgentes. Vendió sus joyas para que el ejército de López Rayón hiciera cañones. En 1813 su tío intercepta uno de sus correos. Él, que en ese momento ya tenía el hígado lleno de piedritas por culpa de su pupila, se porta como todo un hombre y da parte a las autoridades para que Leona fuera procesada conforme a la justicia. Es llevada presa al Convento de Belén, de donde  la ayuda a escapar de una manera muy ingeniosa Andrés Quintana Roo. Sus bienes fueron incautados y ella se reúne con Andrés en Michoacán, en donde se casan. Después de la muerte de Morelos, rechazaron todos los indultos que ofreció el Virrey. Vivieron prófugos y su primera hija nació en una cueva. A su segunda hija la llamó Dolores en memoria del sitio donde inició la independencia. La pareja fue detenida en 1818 y solo entonces se acogieron al indulto por el bien de sus hijas. De todos modos siguieron trabajando por debajo del agua para lograr la independencia. En 1823, consumada ésta, parte de sus bienes le fueron devueltos. Fue una mujer que escribió mucho en los periódicos de la época e hizo política hasta su muerte. Es la única mujer de la independencia a la que se le dieron funerales de estado. Es denominada oficialmente "Dulcísima Madre de la Patria", cuando si algo no tuvo Leona fue una personalidad dulce, sino fiera. Eso fue todo. Nunca se le menciona en el grito, no aparece en monedas y sus huesos tampoco están en la Columna de la Independencia.

Por último, la michoacana Gertrudis Bocanegra. Al igual que Leona, se quedó huérfana muy joven y  creció con una hermana mayor abierta y amable. Fue   mujer culta y ávida lectora, cosa muy rara en su clase y su tiempo. Quizás fue posible porque en su casa no había progenitores rígidos, igual que en el caso de Leona.  Se casó con Pedro Advíncula con el que tuvo varios hijos y ambos se volvieron simpatizantes de la causa de los criollos y de la independencia. Uno de sus hijos, Manuel Nicolás, se unió a la causa de Miguel Hidalgo muy joven junto con su esposa. Ambos murieron en una cruenta batalla. De ella no se sabe ni el nombre.  Poco después, el esposo de Gertrudis fue hecho prisionero, torturado y fusilado por ser sospechoso de conspirar contra la corona. Gertrudis no abandonó la causa, siguió actuando como correo y apoyando de manera incansable a los insurgentes de Pátzcuaro. Fue detenida por el ejército realista y sometida a tortura para que delatara a sus compañeros insurgentes. No delató a ninguno. Fue condenada a muerte y fusilada el 11 de octubre de 1817 en la Plaza de San Agustín en Pátzcuaro. Nada más se sabe de ella. Se ignora dónde fue sepultada. Historia más triste y mujer más valiente en la Independencia no hubo. Nunca se le ha mencionado en una ceremonia del grito. ¿No está desbalanceado el festejo patrio? ¿No hay un faltante de huesos femeninos en la Columna de Independencia?

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