Jueves 5 de febrero en la Presidencia Municipal de San Pedro Cholula

 

Llegamos temprano a los portales de San Pedro Cholula para encontrarnos con el Dr. Noé Rodríguez Roldan, delegado federal de Gobernación en Puebla y el Presidente Municipal José Juan Espinosa. Creo no alcancé a saludarle con cortesía al Dr. Rodríguez porque le recibí con el encabezado de La Jornada de Oriente: “¿De qué sirvió la reunión en Casa Aguayo si CAPCEE y Leoncio Paisano no iban a honrar su palabra de no destruir construcciones arqueológicas en el entorno protegido de la pirámide cholulteca? El Dr. Rodríguez se mostró sorprendido y constató que la foto que ilustraba la nota periodística mostraba los trascabos que el día anterior, apresuradamente, realizaron un despalme en el terreno expropiado al Sr Miguel Toxtle por el gobernador Rafael Moreno Valle, enfrente del Hospital Juanino. La noche anterior, le explique así mismo, este señor(a quien no conozco personalmente) habló a mi domicilio pidiendo ayuda porque habían invadido su terreno y estaban destruyendo adobes de una plataforma prehispánica. En tono desesperado me dijo que se comunicó con el arqueólogo Carlos Cedillo encargado de salvamento del INAH pero que éste no se encontraba en Puebla y nadie podía ayudarlo a detener la destrucción. Me envió fotos que yo inmediatamente compartí con periodistas, colegas en el INAH, con el Sindicato de Investigadores del INAH, con defensores del patrimonio en Cholula y con quienes me quisieran recibir este testimonio gráfico. Le había preguntado, además, por la situación legal de su terreno y el Sr. Toxtle me explicó que fue “expropiado” pero no le han pagado y que el abogado contratado para defender su predio había “cometido errores”. Lo único que a mí me corresponde denunciar (le dije también al delegado federal) es que se realizó la destrucción de una plataforma del clásico cholulteca (entre 100 y 900 D.C) en el terreno propiedad privada del Sr. Toxtle. En ningún país del mundo un tesoro patrimonial, nacional y mundial, como la gran pirámide cholulteca y su entorno arquitectónico ceremonial sería destruido así sin que se encienda la indignación de los ciudadanos que allí viven y éstos exijan castigo a los culpables.  Pero en Cholula los cholultecas estamos completamente abandonados y traicionados por las instituciones y autoridades que la ley obliga a cuidar de nuestro patrimonio. Estas están solo para justificar destrucciones porque no les interesa la cultura de los pueblos que gobiernan; sino tan solo gastar dinero público en obras innecesarias y casi siempre solo en favor de automóvil. El Dr. Rodríguez se pronunció ante todos nosotros, una vez que estuvimos sentados en una sesión abierta y democrática en la sala de Cabildos del Ayuntamiento de San Pedro, diciendo que él representa a un gobierno que defiende y valora el patrimonio nacional y que haría lo que está a su alcance para detener las máquinas en la zona protegida por la ley de 1993 como se había acordado con CAPCEE y el presidente municipal de San Andrés Cholula, Leoncio Paisano solo unos días antes en casa Aguayo.

Así iniciamos una sesión entre ciudadanos y autoridades municipales a puerta abierta e impensable en san Andrés Cholula donde la policía con metralletas cuidan al presidente municipal para que ningún ciudadano inconforme (que son muchos) se le acerque. La primera palabra la tomó el alcalde Juan José Espinosa y aclaró que no estuvo presente en casa Aguayo en la reunión previa porque no fue convocado “correctamente” y porque el gobierno municipal de San Pedro Cholula no comparte ni es responsable de las acciones represivas del gobierno municipal de San Andrés. Tampoco estaba su gobierno de acuerdo con criminalizar el derecho a la libre expresión cuando ciudadanos se manifestaron en contra del proyecto del parque de las “7 Culturas” (hizo una defensa de su participación inicial en ese proyecto que consideró después desvirtuado). Aclaró, además, que su gobierno no presentó demandas penales ni de ningún tipo en contra los cuatro cholultecas actualmente presos y dirigiéndose al hijo y hermano de dos de ellos se apenó por la situación de estos cuatro ciudadanos honestos encerrados en una cárcel en San Pedro cuyas condiciones carcelarias son absolutamente inhumanas.La siguiente palabra la tomó Josué Xicale quien en tono moderado, elegante como es su padre para dialogar, pausado, haciendo uso de sus notas, enlistó los agravios de los cholultecas que allí estábamos presentes y nos dio una noticia que nos dejó a todos conmovidos: su padre Adán Xicale y su hermano Paul le habían notificado esa mañana que al interior de esa inmunda cárcel (el adjetivo es mío) ellos temían por su integridad física. Aceptamos todos que no estaba, como explicó el alcalde, en las atribuciones del Ayuntamiento de San Pedro resolver la situación injusta del encarcelamiento de estos cholultecas presos.



Esa mañana todos los cholultecas presentes reconocimos así mismo la apertura, las rectificaciones y la disposición ética y política del Ayuntamiento de San Pedro Cholula para solucionar este conflicto por agravios de actos de gobierno sobre el patrimonio cultural de los cholultecas; y concluimos y firmamos un convenio en el que todos por igual (pero en especial los primeros culpables que son las autoridades) empezaríamos por respetar la ley de 1993 que protege los suelos arqueológicos de esta zona y que hasta hoy acogen tradiciones religiosas milenarias de los pueblos de la gran Cholollan mesoamericana. El Ayuntamiento de San Pedro Cholula se comprometió también, en otros puntos, a desistir de expropiaciones y construcciones en la zona protegida y a resguardar el suelo arqueológico y el libre acceso a la gran pirámide para todos los cholultecas y los visitantes. El alcalde declaro que las 8.5 has. correspondientes al municipio de San Pedro de la zona protegida, para el beneplácito de todos, serían peatonales. Le solicitamos también que las “donaciones” de nuestro patrimonio cultural cholulteca, el parque Soria y el recinto Xelhua (por acuerdo de Cabildo el 30 de octubre de 2014) que se encuentran sobre una plataforma prehispánica y aledaños a la gran pirámide, no sean entregados al gobierno del estado para que éste a su vez viole la ley que protege de construcciones esta zona (sabemos que el gobernador puede presionar a la dirección del INAH y conseguir un permiso “a modo”). Se hizo hincapié en que “donaciones” anteriores de diversos gobiernos anteriores ocultaron a los cholultecas otras “donaciones” bajo el rubro de “comodatos” que resultaron solo en la privatización de importantes acervos culturales que son patrimonio solo de los pueblos cholultecas. Ningún gobierno, ninguna institución privada (ni el INAH!) puede disponer de éstos sin pleno consentimiento de los pueblos de la gran Cholollan (en este punto creo que el gobernador Rafael Moreno Valle decidirá sobre y por el alcalde de  San Pedro; espero equivocarme y que el alcalde de San Pedro tenga el valor de rectificar esta “donación”). Al término de la reunión todos concluimos satisfechos (hay desconfianza pero eso solo lo puede resolver que se cumplan los acuerdos) porque se hizo justicia, porque autoridades municipales finalmente escucharon razones, rectificaron y reconocieron que por no respetar la ley, ni informar verazmente a los cholultecas, ellos mismos provocaron esta crisis. Y creo que estuvimos todos de acuerdo que la trasgresión mayor a las leyes, a la decencia y a la ética provino y proviene del alcalde de San Andrés Cholula, Leoncio Paisano. Los presos políticos, Adán y Paul Xicale, Primo y Albino Tlachi siguen privados de sus familias y de su libertad encarcelados con cargos absolutamente inventados que tienen detrás todo el rencor de unas autoridades que ven en estos ciudadanos a sus enemigos políticos no a seres humanos.



Pero mientras nosotros firmábamos este convenio ciudadano con las autoridades en San Pedro CAPCEE avanzaba derramando cemento sobre la base de la pirámide, sin mostrar el proyecto de intervención urbanística o solo acciones para que pasen confortablemente más coches sobre la pirámide. Abriendo zanjas también que descubrían adobes del gran edificio y con la justificación absurda que ya lo hicieron antes para introducir fibra óptica. Hubiera sido tan sensato, tan respetuoso, tan de sentido común colocar superficialmente sobre las banquetas este nuevo cableado eléctrico, siquiera respetando el sector de solo unos metros del gran edificio mesoamericano de adobe, pero prefirieron continuar con la tradición porfiriana (que autorizó en 1910 el hospital Juanino) procediendo a destruir aún más un templo mesoamericano entre los más majestuosos de México.