• Mundo Nuestro
  • 30 Enero 2014
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Por: Mundo Nuestro

Esta Historia de cruzados es para el gobernador de Puebla.

“Corazón de Agua y la Sierra olvidada por Moreno Valle”. Así había cabeceado este texto sobre el proyecto de área natural protegida para el río Zempoala. Pero me gana el ánimo positivo, y asumo que esta herramienta la ha creado el mismo gobernador de Puebla. Ahora tenemos que hacerle entender que esta es la verdadera alternativa social y ambiental para la Sierra de Puebla.

No las minas ni las hidroeléctricas industriales impuestas. Sí a una política estratégica de conservación ambiental y desarrollo social sustentable construida desde los propios pueblos originarios de las montañas de Puebla.

Esa es en la práctica la consecuencia de aplicar esta herramienta.

Cuchút-Nakú, corazón de agua en totonaco, es el nombre dado por los investigadores y funcionarios del gobierno estatal en el 2012, quienes imaginaron un proyecto de conservación ambiental para la Sierra Norte, justo en la cañada que forma el rio Zempoala. Nunca el estado de Puebla ha vislumbrado un proyecto así para las montañas y los ríos serranos. Nunca hemos estado tan cerca de alcanzar un instrumento para la conservación ambiental en el que participan instituciones públicas y privadas, de gobierno, de educación, de sociedad civil.

Nunca un gobierno poblano ha dicho esto tan claramente:

El objetivo general regulatorio que se persigue con la creación del área natural protegida de jurisdicción estatal, en la categoría de Reserva Estatal, denominada “Conector Biológico Chuchút-Nakú (Corazón de agua)”, en el Estado de Puebla, es el de conservar el bosque mesófilo de montaña, las selvas medianas, los bosques de pino y encino y la vegetación riparia o de galería, lo cual tiene la finalidad de asegurar el equilibrio y la continuidad de los procesos evolutivos de los seres vivos que la habitan, así como de conservar los procesos ecológicos y los servicios ambientales de las poblaciones, las comunidades y los ecosistemas que la conforman. Todo ello a través de establecer los mecanismos legales adecuados que promuevan la conservación y restauración del bosque, y que faciliten la participación de los habitantes del área promoviendo el desarrollo sustentable, las actividades productivas de bajo impacto, que generen empleos a nivel regional y mejoren el nivel de vida de la población.”

Y nunca tan abiertamente un proyecto así duerme el sueño de los justos, olvidado por el mismo gobierno que se lo ha propuesto.

Y ello frente a la cada vez más complicada trama de conflictos ambientales y sociales provocados por los proyectos industriales mineros e hidrológicos --el caso de Tetela, Ixtacamaxtitlán, Zautla, Zapotitlán, Ahuacatlán, Tlapacoya, Tlatauquitepec, Cuetzalan--, o marcadamente vinculados con el crimen organizado --como en la Sierra Negra y Huachinango con la tala clandestina.

Algunas de sus frases más atinadas:

- Corazón de agua enfatiza la exigencia fundamental para la conservación de la Biodiversidad.

- Promueve tanto la utilización sostenible de los componentes naturales como la participación justa y equitativa de los beneficios que se derivan de su aprovechamiento.

- El objetivo general regulatorio es el de conservar el bosque mesófilo de montaña.

El establecimiento de áreas naturales protegidas está regulado en las leyes ambientales, y son herramientas fundamentales para la conformación de programas de planificación y conservación. No es la única herramienta con la que cuenta el Estado para impulsar una política ecológica estratégica, pero está a la mano. Y su impulso puede ser vital para extensas regiones hoy técnica y jurídicamente expuestas a la imposición de proyectos económicos sostenidos en el capitalismo salvaje que vivimos. Ni qué decir del auxilio que pueden representar para la absoluta mayoría de municipios sumidos en la inoperancia y la insolvencia.

Para decirlo de otra manera: para eso está el gobierno estatal.

Puebla tiene el 1.7 por ciento del territorio nacional pero el 14 por ciento de su biodiversidad. Así de rápido se dice. Y sin embargo carece de una política estratégica para la conservación ambiental y el desarrollo social sustentable. Y cuando avanza en ello, con un enorme esfuerzo interdisciplinario de investigación científica y sustento jurídico, se le corta de cuajo, como ha pasado con el desmantelamiento de la oficina ambiental realizado por el propio gobierno.

911 páginas contiene el estudio, reducido a un territorio que contempla 16 municipios en las cuencas de los ríos Ajajalpan y Zempoala, con innumerables arroyos y pequeños ríos: Amixtlán, Camocuauhtla, Coatepec, Cuatempan, Hermenegildo Galeana, Huitzilan de Serdán, San Felipe Tepatlán, Tepango de Rodriguez, Tepetzintla, Tétela de Ocampo, Tlaola, Tlapacoya, Xochiapulco, Xochitlán de Vicente Suárez, Zapotitlán de Méndez y Zongozotla.

Mundo Nuestro reproduce aquí la introducción de este extenso documento --originalmente elaborado para una extensión territorial de 41 municipios, pero reducida a 16 por razones que deberá explicar el gobierno--, con unos párrafos justificativos y con el planteamiento de los objetivos generales. Y lo hace con el ánimo de un simple interrogante: ¿Por qué el gobierno de Moreno Valle dejó de impulsar una verdadera política ambiental si en ello --y ahí están los ejemplos del Parque Ribereño y la Declaratoria del Tentzo-- ha tenido uno de sus más significativos aciertos? 


Propuesta de carátula para el Estudio Previo Justificativo


“Conector Biológico Chuchút-Nakú (Corazón de agua)”

 

Introducción

 

El Estudio Previo Justificativo para el Área Natural Protegida de jurisdicción estatal en la categoría de Reserva Estatal denominada “Conector Biológico Chuchút-Nakú (Corazón de agua)” enfatiza que la exigencia fundamental para la conservación de la Biodiversidad es la conservación in situ de los ecosistemas y hábitats, así como el mantenimiento y la recuperación de poblaciones viables de especies en su entorno natural. Además, promueve tanto la utilización sostenible de los componentes naturales como la participación justa y equitativa de los beneficios que se derivan de su aprovechamiento, conforme a las características socioeconómicas de la región y políticas de los tres niveles de gobierno.

En cumplimiento de uno de los instrumentos marcados dentro del Plan Estatal de Desarrollo 2011-2017 del estado de Puebla, se considera que aun cuando padecen diversos grados de perturbación, más de la mitad del territorio todavía está cubierto por diferentes ecosistemas naturales, esto representa una excelente oportunidad para conservar los ecosistemas que todavía se encuentran en buen estado y que ofrecen servicios ambientales, así como recuperar las zonas fragmentadas, con el propósito de recobrar sus respectivos potenciales económicos y ecológicos; por lo que las áreas naturales protegidas o las reservas ecológicas comunitarias no modifican los derechos de propiedad de los predios protegidos y en cambio inducen su conservación y aprovechamiento adecuado con criterios de sustentabilidad ambiental.

La Reserva Estatal “Conector Biológico Chuchút-Nakú (Corazón de agua)” constituye un área clave representativa de la biodiversidad mexicana y estatal, siendo considerada una región prioritaria para la conservación. Por su ubicación geográfica, se constituye como el Conector más importante en cuanto a la variedad de tipos de vegetación. Adicionalmente, es uno de los sitios con macizos boscosos mejor conservados del estado y contiene uno de los fragmentos de bosque tropical más norteño del continente, siendo también uno de los últimos reductos del bosque mesófilo y selva mediana del noroeste del país.



Objetivos regulatorios generales del anteproyecto y el problema que se desea resolver mediante el decreto.

 

El objetivo general regulatorio que se persigue con la creación del área natural protegida de jurisdicción estatal, en la categoría de Reserva Estatal, denominada “Conector Biológico Chuchút-Nakú (Corazón de agua)”, en el Estado de Puebla, es el de conservar el bosque mesófilo de montaña, las selvas medianas, los bosques de pino y encino y la vegetación riparia o de galería, lo cual tiene la finalidad de asegurar el equilibrio y la continuidad de los procesos evolutivos de los seres vivos que la habitan, así como de conservar los procesos ecológicos y los servicios ambientales de las poblaciones, las comunidades y los ecosistemas que la conforman. Todo ello a través de establecer los mecanismos legales adecuados que promuevan la conservación y restauración del bosque, y que faciliten la participación de los habitantes del área promoviendo el desarrollo sustentable, las actividades productivas de bajo impacto, que generen empleos a nivel regional y mejoren el nivel de vida de la población.

La Reserva Estatal “Conector Biológico Chuchút-Nakú (Corazón de agua)”, en el Estado de Puebla, presenta características especiales de riqueza biológica que lo hacen excepcional y que proporcionan el soporte necesario para la creación del ANP, por lo que se plantean los siguientes objetivos para su establecimiento:

Conservar la Reserva Estatal “Conector Biológico Chuchút-Nakú (Corazón de agua)”, como ecosistema único en el Estado de Puebla, ya que en el convergen las biotas neártica y neotropical, representado por una estrecha franja de transición altitudinal al barlovento de la Sierra Madre Oriental que se extienda en los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz.

Propiciar y mantener la dinámica del intercambio y sobrelapamiento de especies que mantiene el Conector Biológico con los ecosistemas vecinos de los Estados de Veracruz e Hidalgo, como son el bosque tropical perennifolio, el bosque de encino, el bosque de pino y el bosque de pino-encino.

Proteger una parte importante de áreas redictuales de bosque mesófilo de montaña en la Sierra Norte de Puebla.

Conservar el hábitat de al menos 22 familias de helechos entre las que destacan cinco de helechos arborescentes y 4,269 especies de plantas, hongos y animales, tales como: el ocelote (Leopardus pardalis), el puma o león de montaña (Puma concolor), el viejo de monte (Eira barbara), la nutria de río (Lontra longicaudis) el ratón tlacuache (Marmosa mexicana), el ratón de campo (Peromyscus furvus), y el zorrillo de espalda blanca (Conepatus leuconotus).

Salvaguardar la diversidad genética de las especies silvestres que dependen del Conector biológico y sus ecosistemas aledaños; así como asegurar la preservación de alrededor de 109 especies de flora y fauna consideradas en la NOM- 059-SEMARNAT-2010 bajo alguna categoría de riesgo.

Preservar comunidades de especies vegetales relictuales, endémicas, restringidas a pequeñas poblaciones y sujetas a presiones antropogénicas tales como el Haya Fagus grandifolia ssp. mexicana, especie arbórea.

Preservar elementos únicos que se encuentran presentes en el bosque mesófilo de montaña tales como Ceratozamia mexicana, Ceratozamia latifolia, Ceratozamia sabatoi, Zamia fischeri, Zamia loddigesii, Podocarpus matudae y Quercus hirtifolia, todas ellas especies de distribución restringida.

Preservar los servicios ambientales que proporciona el Conector Biológico, como son: la captura y aporte de agua, fundamentales para los estándares de la hidrología local y regional; garantizando la disponibilidad de agua para el consumo humano y para las actividades económicas locales, regionales y nacionales, en cantidades mayores de las que podría aportar cualquier otro tipo de ecosistema.

Adicionalmente la purificación del aire y del agua, la mitigación de sequías e inundaciones, la generación y preservación de los suelos y renovación de su fertilidad, la detoxificación y descomposición de los residuos, la polinización de los cultivos y de la vegetación natural, el reciclado y movimiento de nutrientes, el control de plagas potenciales, la estabilización parcial del clima, la moderación de los eventos atmosféricos extremos y sus impactos y la provisión de belleza estética y estímulo intelectual del espíritu humano.

Conservar los recursos vegetales de interés humano tales como: plantas medicinales y alimenticias así como los recursos genéticos que alberga la zona.

Implementar estrategias que permitan evitar el cambio de uso de suelo ilegal hacia actividades tales como es el caso de la minería, ganadería, agricultura y la introducción de especies exóticas invasoras como los pastos mejorados entre las que se encuentran: la estrella africana (Cynodonn lemfuensis), el pasto gordura (Melinis minutiflora) y el pasto quicuyo (Pennisetum clandestinum).

Favorecer que la organización y administración de las áreas de explotación agrícola, ganaderas y de aprovechamiento de los recursos bióticos y abióticos, esté fundamentada en el desarrollo sustentable propiciado por la planeación y la supervisión de las actividades extractivas y de transformación.

Implementar programas de educación ambiental y de capacitación para el desarrollo de nuevas alternativas de uso y explotación de los recursos naturales, que proporcionen las herramientas necesarias para el impulso de economías familiares y locales, propiciando la conservación de la diversidad biológica, así como cualquier tipo de recursos y servicios ambientales que genere el Conector Biológico.

Implementar programas de restauración o rehabilitación de regiones diagnosticadas con degradación intensa y otras consideradas con daños menores.

Proporcionar un campo propicio para la investigación científica y el estudio de una amplia variedad de ecosistemas y su equilibrio, que van de los bosques templados, mesófilos de montaña, hasta selvas.



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