• Sergio Mastretta
  • 25 Septiembre 2014
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Septiembre se desvanece entre las flores moradas y los elotes que empiezan a endurecerse.

Mirar una plaza que no lo es. Al fondo, ganando todo el espacio, la pirámide con su iglesita. Al frente, el campo en disputa no es un solo: hay un tendido de flores de muertos, un cultivo de pasto de jardín para la venta, un campo de futbol, un maizal. En ese campo visual un momento en la vida cotidiana: un hombre sale al camino con un costal de elotes en su punto, y yo pienso en centenares de septiembres y eloteras de las que brotan campesinos cargados de ese fruto que los explica; y él me mira como lo que soy, otro de tantos fuereños que se asoman a este intrincado mundo cholulteca con sus mandos, sus ensueños y sus coheteríos. Nada nos decimos. Él se va con su atado y yo me entretengo con el hormigueo que remonta la colina hacia el templo en una más de las procesiones que suben con sus cetros y estandartes para plantarse ante la Virgen.  Al rato tronará el cielo y la procesión bajará del cerro por un sendero de pétalos hasta el barrio. Y supongo que los dioses antiguos estarán contentos.

Colores y símbolos naturales contra el ruido en exceso que ahoga nuestra vida pública. A la vista la pirámide con su carga histórica y, como un zumbido igualmente voluminoso, la tontería de los políticos. Qué ruido absurdo este de la “plaza de las siete culturas”. En el tiempo largo la pesadez del cerro milenario que ve cerrarse al sur el cerco urbano; en el tiempo corto, el ruido de los acontecimientos que nos rebasan y que, como los adobes que se asientan y regresan  la tierra, poco a poco vuelven irreconocible lo que hemos sido.

Dos imágenes me revolotean en un arranque de semana sin freno:

Peña Nieto presume la reforma energética en el foro sobre cambio climático en la ONU, pero nada dice de las consecuencias que tendrá para los montes totonacos la explotación petrolera via fractura hidráulica  (fracking) en la cuenca de Xicontepec, en la que tendrán vía libre las trasnacionales como Halliburton por la vía de una mezcla de artilugios legales resumidos en expropiaciones y servidumbres sobre las tierras campesinas.  “Para México --dice muy decidido en ese aluvión de discursos frente al sillerío de Babel-- el cambio climático es un compromiso de Estado. Los seres humanos somos la causa del cambio climático y también, estoy seguro, podemos ser la solución.”


Germán Larrea no da declaraciones, y a duras este magnate se deja fotografiar en público; la única imagen que tenemos de él la distribuyó Presidencia, y en ella aparece conversando con Peña Nieto; la foto  la tomaron antes del derrame de tóxicos de una de sus minas en Cananea en el río Sonora y por supuesto antes de que Televisa lo expulsara de su Consejo de Administración bajo la acusación de deslealtad, pero como es la única y con el pleito urge que la ciudadanía vea a quién de la oligarquía se lanza del barco del querer presidencial. Se le viene el poder encima al segundo hombre más rico de México, con una fortuna asentada en decisiones presidenciales como la que de 1988, cuando NAFINSA absorbió 750 millones de pesos en pasivos en la minera para revendérsela después a precio preferencial. Lo imagino en su despacho ahora, rumiando su valer en Forbes por 17 mil millones de dólares y mirando al teléfono. ¿Cuánto le va a costar esta línea rota con el tlatoani en México? Ya lo pensará con calma en su casa rural de la Toscana.


Pero una tercera imagen rompe esa ensoñación del poderoso caído en desgracia del renacido gobierno supremo. La encuentro el lunes temprano en una portadilla de e-consulta, y refiere un crimen más en esta pesadilla nacional: el taxi arrojado contra un árbol en una barranquilla de Azumiatla contiene el cuerpo descuartizado de su conductor. Absoluta barbarie en la piedra pobre de los sacrificios. Ya lo han reconocido sus familiares: es el esposo de una mujer trabajadora a quien conozco desde hace muchos años, y a quien estimo por su entereza y valor para sacar adelante a sus hijos. Imagino las horas mortales en el anfiteatro, el interrogatorio frío del agente ministerial: una mujer perdida en el abismo sin freno de la violencia en México. La veré tres días después en el funeral en un panteón al sur de la ciudad. Su rostro duro ha dejado de llorar. El mariachi canta la barca en que me iré. 



Con el peso cruel de las imágenes y los símbolos vuelvo a la pirámide. Y a nuestros conflictos llanos, absurdos, sin sentido.

 

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Tres vistazos en este sábado del foro convocado por los defensores del territorio contra el proyecto gubernamental en este espacio abierto pero legalmente protegido para el rescate arqueológico.

 

1- A  las tres de la tarde la voz delgada de Ani Ashwell rebota en el tendido amarillo armado sobre el pasto en cultivo. Apenas empieza su ponencia. La reunión viene de una hora de discusión en una veintena de mesas de trabajo. Yo he participado en la de Arte y Cultura con un grupo de artistas plásticos y jóvenes metidos en la organización social y el rescate de las tradiciones en los pueblos originarios en los extremos norte y sur de la pirámide, Cuatlancingo y Tlaxcalancingo. Ahora el foro escucha a la antropóloga:

 “Somos cholultecas los que no podemos vivir en cualquier otro lugar --dice--, los que escogimos vivir aquí con la carga histórica de esta ciudad y a los que no nos es indiferente lo que sucede en nuestra casa porque nos pesa y deslumbra su inmenso patrimonio histórico y cultural.”

Al fondo, bajando la cuesta, la procesión va de vuelta a su barrio en San Andrés.




2- No paran de hacerle preguntas y cuestionamientos a los arqueólogos del INAH encabezados por Carlos Cedillo. Uno es muy certero, y viene de un hombre de San Andrés: señor arqueólogo, si está muy claro lo que quieren hacer, ahí están los planos que han publicado en la prensa, ¿por qué no actúan ustedes?, ¿qué es lo que esperan? Ustedes son los responsables, hagan su trabajo.



3- Más temprano en el Foro, el coheterío de la procesión en la pirámide me hace mosca y no me escucho exponer en mi ponencia que ha sido el Estado, con sus sucesivos gobiernos a lo largo de cincuenta años, el promotor principal de este errado modelo de crecimiento que se muestra en puentes irracionales como el que han construido al final de la recta, y que es esa violencia estructural legal y física la que identifica nuestra cultura. No hay manera, está en la entraña de este pueblo arremeter contra el cielo al tiempo que le lanza todas sus plegarias.

Pero me mantengo y logro leer mis sencillas líneas de interpretación de este comportamiento de nuestros virreyes insuperables, los gobernadores poblanos:

 El crecimiento explosivo y caótico de la metrópoli: la devastación ambiental, la pulverización de la vida pública y el fracaso de la política.

El esquema criminal capitalista de Estado: despotismo modernizador, deuda pública y despojo campesino.

 La subordinación del capital poblano (industrial, financiero y de servicios).

La derrota brutal del campo y los pueblos. Se mide en miles de hectáreas y se siente en la desaparición del territorio histórico cultural campesino.

 El fracaso de todos los propósitos de planificación desde el estado y los aparatos inteligentes de la sociedad. 34 millones de dólares les pagó Bartlett a los cerebros de Mackensy.

No sé si ayuden pero lanzo estas preguntas en el Foro: ¿Por qué pasó esto?, ¿somos capaces de percibir la profunda violencia social que ha provocado?, ¿cuáles son las consecuencias ecológicas de este desbarajuste?, ¿cuáles son las consecuencias para la vida humana? ¿Cómo es que resistimos?

 

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En el Foro la gente expresa un enojo elemental: ¿cómo es que el presidente Paisano dejó fuera de la expropiación su casa? Y analizan el plano que ha dado a conocer el arqueólogo Mendiola, entregado al INAH al parecer por el gobierno estatal:




El domingo en el Foro se discuten acciones. Es claro el encono generado por el proyecto. Se dice que si para el 6 de octubre no se han echado para atrás las expropiaciones se tomarán los palacios municipales. Es evidente que esto tensa la situación en este movimiento cívico. Hay muchas manos que mecen la cuna en la política poblana, y no es difícil vislumbrar lo que la desastrosa propuesta de parque turístico en la Pirámide puede arrojar.

El martes siguiente al Foro el funcionario Oscar Palacios Ramírez, consejero jurídico del ayuntamiento de San Andrés Cholula, revela que el 70 por ciento de los 12 propietarios ya cuentan con contratos de compra venta. “El ayuntamiento de San Andrés ha continuado con el procedimiento de expropiación, no se ha detenido, éste sigue su curso y su tiempo. A la fecha tenemos aproximadamente un 70 por ciento ya negociado con los propietarios, con los verdaderos dueños de la tierra… ya se concertaron los contratos, incluso algunos de compra venta.”

No parecen importarle a Paisano el ultimátum de los cholultecas contra su alcaldía.

 

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Hoy es jueves 25 de septiembre. Escribo estas líneas a mediodía, ya para subirlas al portal de Mundo Nuestro. Recupero la postura que aparece en el facebook  Círculo de Defensa Cholula (https://www.facebook.com/circulodedefensa2?fref=ts):

“El Círculo de Defensa Cholula, que inició con la convocatoria a crear un círculo humano alrededor de la Pirámide de Cholula el día 24 de agosto de 2014, reafirma hoy su carácter pacífico, inclusivo y de resistencia. Hoy más que nunca nos sentimos parte de Ciudadanos Unidos por una Cholula Viva y Digna, como grupo autónomo dentro de un grupo resistente más amplio, dado que estamos en plena conciencia de que la unidad de tod@s aquell@s que deseamos proteger nuestro territorio de cualquier amenaza contra él es el único camino para frenar las decisiones unilaterales de los diferentes niveles de gobierno.

“Negamos categóricamente cualquier ruptura con el Lic. Adán Xicale ni con ninguna persona o sector involucrado en este proceso de resistencia ciudadana; en la medida en que no han existido ni acciones ni conflictos reales que nos alejen del objetivo trazado que nos une a tod@s como ciudadanos: revertir el proceso expropiatorio de los campos que rodean a la Pirámide en San Andrés y San Pedro Cholula y el rechazo rotundo a cualquier proyecto que se pretenda realizar en esa zona sin el consentimiento y la participación plena de los cholultecas.”




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No sé si lo vayan a lograr los pueblos. Tal vez sea la respuesta contundente que tienen que dar en contra de una imposición gubernamental en este territorio histórico que a gritos pide una acción de recuperación arqueológico-social inteligente y democrática. Lo dicen algunos principales, “como en tiempos de la gran gripe”, “como sólo ocurrió con aquella brutal sequía”, “como no se ha visto desde la revolución”. No sé si lo vayan a lograr: una gran procesión con la Virgen y todos los santos patronos con todo su coheterío por el entorno de la Pirámide, con la participación de todos los pueblos, los 42, con los beligerantes San Pedro y San Andrés puestos de acuerdo, sin el lío de pedimentos y fiestas ya acordadas y que se ponen como obstáculos para que no baje del cerro al frente de todos los intercesores en andas el emblema milenario a poner remedio.

Si lo logran no necesitarán tomar ninguna alcaldía. 


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